Itinerarios del lenguaje y Cómo agrupar las lenguas. Fragmentos de "Los Orígenes del lenguaje", por Aníbal Puente Ferreras
7. Itinerarios del
lenguaje (*)
Lo que nos dejan las civilizaciones como monumentos
de su pensamiento, no son los textos sino
más bien los vocabularios y sus sintaxis.
MICHEL FOUCAULT
Introducción
Organizar el
mapa lingüístico actual no es tarea fácil, fundamentalmente si tenemos presente
que está en continuo movimiento, debido a que la información fluctúa
rápidamente. Aún los investigadores no acuerdan en el número total de lenguas
que se hablan en la actualidad en el mundo: algunos sostienen que son 5.000,
otros 6.800. Más allá de esta diferencia que muestra la dificultad para
clasificarlas, el número promedio es igualmente exorbitante si se tiene en
cuenta que no encuentra correlación ni con la cantidad mundial de habitantes ni
con el número total de países, ni con otro dato predecible o explicable.
Por otro lado,
muchos estudios sostienen que el número de lenguas se reducirá en los próximos
años inclusive hasta en un 90 por 100, lo cual probablemente implicará
lamentablemente la pérdida de la diversidad cultural e intelectual que trae
aparejada. No hay lenguas mejores ni peores, ni algunas que se hayan
perfeccionado ni otras que hayan empeorado. La muerte o desaparición de una
lengua es un tema político y social, de ninguna manera intrínseco a una estructura
lingüística ni gramatical determinada.
En reiteradas
ocasiones se ha intentado demostrar que en un tiempo lejano pudo haber existido
un protolenguaje único y precursor que le diera origen a todas las lenguas
conocidas. Develar la incógnita sobre la existencia de este “kilómetro cero”
del cual partieran las distintas rutas lingüísticas se convierte en una ardua
tarea. En todas las investigaciones sobre estos temas confluyen conocimientos
de distintas disciplinas: la arqueología, la lingüística, la antropología, la
historia y la genética, entre las principales. Pero esta labor se torna en un
punto casi detectivesca, debido a la falta de documentos escritos. No obstante,
no hay espacio para el abatimiento. Cada uno de los hallazgos continúa
aportando una valiosa información para la reconstrucción de la historia evolutiva de la humanidad.
Situación actual del lenguaje
Reproduciremos un cuadro que
nos permitirá tener una perspectiva global y general sobre la actual
distribución de las lenguas en el mundo. Es importante tener en cuenta que se
refleja la cantidad de hablantes de lengua materna. Es decir, el inglés se
encuentra en cuarta posición debido a que se considera sólo el número total de
hablantes nativos, pero alcanzaría un segundo lugar si tomáramos como
referencia al número total que lo utilizan como lengua de comunicación. En este
caso asciende a 722.430.000, manteniendo el chino mandarín el primer puesto con
915 millones de hablantes.
Si el lenguaje
se redujera a ser un mero instrumento comunicativo desde todo punto de vista
parecería un exceso inexplicable la existencia de 5.000 o 6.000 lenguas
habladas en este momento en el mundo. Ahora bien, el lenguaje puede utilizarse
para transmitir mensajes, pero ésa es tan sólo “una” de sus funciones. Su
fundamento se constituye sobre la base de que se trata de un sistema de
representación que contribuye, determina o construye nuestra visión sobre el
mundo y también nuestra identidad.
Lenguaje
|
Cantidad de hablantes
|
Lenguaje
|
Cantidad de hablante
|
1. Chino mandarín
|
900.000.000
|
11. Alemán
|
94.200.000
|
2. Hindi
|
399.728.000
|
12. Chino vuyú o wu
|
82.000.000
|
3. Español
|
343.655.000
|
13. Javanés (isla Java)
|
81.340.000
|
4. Inglés
|
343.312.000
|
14. Telegú (India)
|
78.070.000
|
5. Árabe
|
234.299.000
|
15. Coreano
|
75.830.000
|
6. Bengalí (India)
|
206.000.500
|
16. Maratí (India)
|
73.890.000
|
7. Portugués
|
171.760.000
|
17. Francés
|
70.345.000
|
8. Ruso
|
159.028.000
|
18. Vietnamita
|
68.597.000
|
9. Japonés
|
127.000.000
|
19. Tamil (India)
|
67.895.000
|
10. Penyabí (India, Pakistán)
|
105.227.000
|
20. Urdú (Pakistán)
|
62.900.000
|
Los
antropólogos y lingüistas Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf proponían que cada
lengua determina la percepción sobre el mundo ya que la organización cognitiva
estaría directamente constreñida por las distintas estructuras lingüísticas.
Basándose en estudios realizados sobre el hopi, variedad indígena
norteamericana, correlacionan los conceptos de tiempo, espacio, sustancia y
materia en esa lengua y en las europeas. La idea de simultaneidad temporal
sería muy difícil o imposible de expresar en hopi y estaría desprovista de
significado. Los verbos no tienen tiempos que indiquen si un evento es anterior
o posterior a otro, ya que su construcción del tiempo no es objetiva como sí lo
es y así lo marcan otras lenguas que delimitan el pasado, el presente y el
futuro. Esta diferencia respecto de las lenguas europeas debería influir
fuertemente en las formas de comprender, distinguir y recordar el mundo. La
gramática y la estructura de cada lengua no sería meramente un instrumento que
produce la sonorización de ideas, sino que se convertirían en el programa, la
guía y la base que dan forma al pensamiento para la actividad mental individual
(Lee Whorf, 1941). Sin embargo, hay varios investigadores que refutan esta
hipótesis no comprobada empíricamente, ya que jamás se ha obtenido una
correspondencia uno a uno entre la estructura gramatical y la estructura
cognitiva o sociocultural (Fishman, 1979).
Los estudiosos
de la filosofía del lenguaje también mantenían teorías contrapuestas sobre esta
misma problemática. En la época del romanticismo se decía que las lenguas
reflejaban el espíritu de quienes las hablaban. Contrariamente, el iluminismo
de Leibnitz o Pascal creía en la razón universal y en que todas las lenguas
permitían pensar lo mismo de igual forma. En este último caso la lengua tendría
un papel tan sólo de vehículo de ideas y su función sería meramente
comunicativa.
Hemos
presentado estas discusiones para poder adentrarnos en un tema conflictivo
desde la raíz misma de su enfoque. ¿El lenguaje se constituye como un
instrumento identitario de una cultura y un individuo o simplemente se presenta
como un eslabón más de una cadena que se inicia en el pensamiento y lo utiliza
como vehículo de expresión? Es importante repensar estas posiciones ya que se
tornan centrales en el momento, por ejemplo,
de determinar si una lengua que se está extinguiendo implica una pérdida
cultural trascendente o simplemente se trata de un proceso natural de
consecuencia menor.
Es así como la
expresión “una lengua” provoca emoción pero fundamentalmente opinión (Fishman,
1979).
Ordenando lo ordenable
El mapa de las
lenguas oficiales no coincide con el de
las fronteras de los estados; así lo demuestran las cifras que indican que en
228 países se registran más de 5.000 lenguas repartidas el 60 por 100 en Asia y
África, el 3 por 100 en Europa, el 15 por 100 en toda América y el 19 por 100 a
lo largo del Pacífico (Summer Institute of Linguistics). El castellano se habla
en más de un país, y a su vez dentro de España coexisten por lo menos cuatro
lenguas y varios dialectos que ni siquiera pertenecen todos ellos a una misma
familia. También existen lenguas sin territorio definido, como el cíngaro,
hablado por las comunidades gitanas que viven en todos los países de Europa
pero, debido a su nomadismo, es imposible saber cuántos hablantes tiene, y a
pesar de estar extendida en varios territorios no se considera lengua de ningún
país.
Variedades: lengua estándar, vernácula, clásica, dialectos, pidgin y
criollas
Continuamente se dificulta la tarea de establecer
clasificaciones aceptadas por los distintos investigadores. Sin embargo, hay
categorías que, aun con objeciones, logran algún tipo de consenso que permita
poner un poco de orden. El lingüista William Stewart ofreció una forma de
clasificación para aplicar a las distintas variedades de lenguas basándose en
ciertas características que permitan diferenciar lo que es un dialecto, una
lengua vernácula, una clásica, una estandarizada, una artificial y finalmente
un pidgin y un creole. Los cuatro atributos que utiliza como parámetros son:
estandarización, historicidad, vitalidad y autonomía. La presencia o ausencia
de alguno de estos rasgos es lo que determina si subclasificación.
Atributo
|
Tipos de lengua
|
|||
Estandarización
|
Autonomía
|
Historicidad
|
Vitalidad
|
|
+
|
+
|
+
|
+
|
Estándar
|
+
|
+
|
+
|
-
|
Clásica
|
+
|
+
|
-
|
-
|
Artificial
|
-
|
+
|
+
|
+
|
Vernácula
|
-
|
-
|
+
|
+
|
Dialecto
|
-
|
-
|
-
|
+
|
Criolla
|
-
|
-
|
-
|
-
|
Pidgin
|
Una lengua estandarizada es aquella que está
descrita, analizada y normativizada a través de gramáticas, ortografías,
diccionarios, estilísticas y otros textos orales y escritos. El español, el
alemán, el chino, el japonés son sólo algunos ejemplos. Todos ellos tienen
gramáticas que regulan el correcto uso de una determinada forma. Puede ocurrir
que una variedad estandarizada compita con otra no estandarizada, y que luego
de extenderse entre la población llegara a aceptarse e incorporarse a las
gramáticas de la lengua. Eso lo determinan las Academias de la Lengua de cada
uno de los países en cuestión.
A partir de
esta clasificación, obtenemos la definición de lengua clásica como aquella que ha perdido “vitalidad”. Este atributo hace referencia a
la transmisión de padres a hijos en una comunidad no aislada. Una lengua que
posea un número importante de hablantes nativos gozará de un alto grado de
vitalidad. Ejemplos de este tipo de lenguas son el latín, el sánscrito o el
gótico. Se trata de lenguas estandarizadas o normativizadas a través de
gramáticas y que también son autónomas, y cuya evolución se puede registrar en
distintos momentos de la historia. El latín por ejemplo tiene usos litúrgicos o
judiciales, pero no es de transmisión generacional en la actualidad, la pérdida
de vitalidad es lo que la coloca dentro de esta categoría.
El esperanto
es un buen ejemplo de lo que se define como una lengua artificial. El proyecto original fue llevado a cabo por un
oculista polaco, Ludwig Lazarus Zamenhof, quien ideó una gramática que tuviera
la particularidad de no contener excepciones y por tanto fuese de fácil
aprendizaje fundamentalmente debido a la regularidad de sus formas. Cuenta con
un solo artículo “la”, todos los nombres acaban en “o”, y para formar los
plurales se agrega una “j”. Los adjetivos terminan en “a” y los adverbios en
“e”. Los verbos tienen la misma terminación en todas las formas de un tiempo.
Sólo hay una forma para el pasado, el presente y el futuro. Su esbozo se
publicó en ruso en 1887 y en 1979 la Asociación Mundial de Esperanto tenía
31.000 miembros. Quizá sea la artificialidad de esta lengua precisamente lo que
hizo decaer el proyecto. Por otra parte, su base es una lengua indoeuropea y
esto dificultaría el aprendizaje de hablantes de otras familias (Crystal, 1997). No se trata de una lengua con hablantes
nativos y tampoco cuenta con “historicidad”. Este último atributo supone que la
lengua haya atravesado una evolución normal a través del tiempo, pudiéndose
rastrear sus posibles orígenes y sus distintas variaciones.
“Autonomía” es
la característica que hace referencia principalmente a los dialectos. En general no son autónomos en relación a la lengua
oficial, en el sentido de que se trata de una subunidad regional respecto de
una lengua. Frecuentemente la estandarización es el medio que utilizan ciertos
dialectos para llegar a ser autónomos, ya que la aparición de gramáticas y
diccionarios puede contribuir a que una variedad determinada sea considerada
realmente una lengua. ¿Cómo distinguimos una lengua y un dialecto? En general,
un dialecto se define como una variedad lingüística relacionada con una
ubicación geográfica. En Italia se da un caso ampliamente difundido. El
napolitano, siciliano, piamontés, calabrés y sardo son todos dialectos que se
hablan en distintas regiones del país, siendo la lengua oficial el italiano.
Sin embargo, esta determinación contempla una cuestión política más que
lingüística. Una lengua oficial es la predominancia de un dialecto sobre otro
por razones de índole política o prominencia cultural. De hecho, un dialecto
puede liberarse de su subordinación y pasar al rango de lengua oficial e
independiente y también puede suceder lo contrario.
Muchos
lenguajes de las comunidades aborígenes africanas o americanas no están
estandarizados, pero sí responden a los
atributos de historicidad, vitalidad y autonomía. De ese modo podemos
definirlos como lenguas vernáculas.
Aproximadamente sólo 1.000 actuales están estandarizadas.
Las lenguas pidgin, según esta
clasificación, se definen por la negativa absoluta de todos los atributos de
lengua. Sin embargo, se trata de lenguas marginales pero regladas y con
identidad propia. Su origen data de los siglos XVI a XIX, momentos en los que el colonialismo europeo
tomó hablantes de diversas lenguas y, usualmente bajo condiciones de
esclavitud, los llevó a las costas tropicales y a islas como Haití, Jamaica,
Belice, Surinam, Mauricio o Hawai. En condiciones normales, inmigrantes que
llegan a un país extranjero adquieren distintos niveles de competencia sobre la
lengua extranjera. Sin embargo, en las sociedades de las plantaciones
coloniales esto no ocurrió. En primer término porque, a la inversa de lo que
sucede en situaciones normales de inmigración, había muy pocos hablantes de la
lengua del lugar en comparación a la cantidad de lenguas extranjeras; como
consecuencia no había suficientes modelos de los cuales los inmigrantes
pudieran aprender. En segundo lugar, la sociedad estaba altamente estratificada
y por consiguiente los contactos entre la masa trabajadora y los jefes eran
mínimos. Debido a que los inmigrantes, que no tenían un lenguaje común,
necesitaban comunicarse unos con otros surgió como resultado lo que llamó la
lengua pidgin. Sin embargo, es preciso aclarar que este tipo de lengua no es
exclusividad de las sociedades de plantación sino que nace en toda toma de
contacto entre dos personas con lenguas mutuamente incomprensibles y que
necesiten comunicarse. Sí hay que destacar que su uso se restringe a las
primeras generaciones (Bickerton, 1990).
El tok pisin
que se habla en Nueva Guinea sólo cuenta con cinco sonidos vocálicos,
contrariamente al inglés o al francés que distingue algunos más. El vocabulario
es relativamente escaso y es el contexto el que permite desambiguar los
distintos significados. Para establecer relaciones gramaticales, que en otras
lenguas se expresan mediante preposiciones
o conjunciones, sólo consta de tres de estos elementos: bilong (‘de’),
long (‘a’, ‘para’, ‘desde’) y wantaim (‘con’). Para indicar el tiempo de la
acción se utilizan adverbios del tipo “ayer”, “mañana”, ya que los verbos no lo
expresan.
Tok pisin
|
Inglés
|
Español
|
Mi go
|
I go
|
Yo voy
|
Mipela go (para el plural
utilizan pela, del inglés fellow,
que significa “compañero”)
|
We go
|
Nosotros vamos
|
Yupela go
|
We go
|
Nosotros vamos
|
Papa bilong me (bilong indica
pertenencia, del inglés belong, que
significa “pertenecer”)
|
My father
|
Mi padre
|
Haus bilong mipela
|
Our house
|
Nuestra casa
|
FUENTE: Aitchison, El cambio en las lenguas.
Aunque a veces
parezca que el pidgin es una versión simplificada del inglés, como el caso del
tok pisin, hay que señalar que esto no es así. Si bien es cierto que es menos
complejo que una lengua completamente desarrollada porque consta de menos
elementos y por ser más transparente, se trata de un sistema lingüístico con
reglas específicas y una identidad propia.
Cuando los
hijos de los hablantes de un pidgin lo aprenden como lengua materna se
transformará en un lenguaje desarrollado, llamado creole o lengua criolla.
El proceso de maduración que hace que un pidgin se convierta en creole implica
una rápida fase de evolución que involucra una ampliación de la velocidad de
habla y de su vocabulario, y un desarrollo de los tiempos verbales y de las
oraciones subordinadas. Los primeros hablantes de pidgin lo hablan despacio, en
lengua criolla la velocidad repercute sobre la fonología y muchas palabras se
acortan, por ejemplo bilong se
pronuncia blo, save (soler) se
transforma en sa. Todas estas
modificaciones son necesarias debido a que es la única lengua de que disponen
los hablantes ya que para ellos es su lengua materna. El único atributo que
puede aplicársele a las lenguas criollas es de vitalidad, ya que son lenguas
habladas por una comunidad activa. No cuentan ni con normas estandarizadas ni
con gramáticas formales, tampoco tienen un desarrollo histórico evolutivo
normal como el de cualquier otra lengua ni son autónomas, ya que en general se
los denomina como “creole de base francesa”, o “de base inglesa”. Finalmente,
un creole que se ha utilizado durante varias generaciones llegará a no poder
distinguirse de cualquier otra lengua.
Cómo
agrupar las lenguas
Poner en orden al amplio espectro
lingüístico no es nada fácil. El contacto entre lenguas y el hecho de que el
cambio lingüístico sea continuo dificulta una clasificación definitiva.
Hasta el momento, se pueden
diferenciar dos formas discrepantes de clasificación. La primera realiza una
secuencia histórica y genealógica, identificando familias lingüísticas. La
segunda propone una identificación del orden estructural de cada lengua, dando
prioridad al criterio sintáctico.
FAMILIAS LINGÜÍSTICAS
Esta
clasificación sienta sus bases en que los miembros que se identifican como
pertenecientes a una misma familia muestran indicios de un origen común.
Generalmente sus nombres aluden a sus distribuciones étnicas y geográficas.
El arqueólogo
británico Colin Renfrew, de la Universidad de Cambridge, sostiene que durante
años han coexistido dos escuelas antagónicas: los “fragmentadores” y los
“aglutinadores”. Los primeros tienden a destacar las diferencias que anulan el
posible parentesco de las lenguas; proponen fragmentar la clasificación en
unidades pequeñas e independientes. Exigen que ningún grupo de lenguas se clasifique
como una familia hasta no haberse demostrado fehacientemente la existencia de
una serie de semejanzas y afinidades entre ellas. Han llegado a identificar 105
familias lingüísticas.
Los
aglutinadores aceptan criterios más laxos que les permiten agrupar
comparativamente muchas lenguas en unas pocas familias. La lista que propone el
Diccionario de las lenguas es la que presentamos a continuación debido a que
contiene datos actualizados sobre número de hablantes. Sin embargo no hay acuerdos sobre estas
familias. Por ejemplo, el japonés y el coreano aparecen dentro de la familia
altaica, pero otros investigadores los separan y colocan como familias
aisladas, ya que consideran que no tienen suficientes elementos comunes como
para agruparlas dentro de una misma rama.
AFROASIÁTICO O CAMITO SEMÍTICA:
Esta familia está compuesta por
más de 250 lenguas, entre las que se encuentran el árabe, hebreo, arameo, amárico, bereber, somalí,
entre otras. Cuenta con 400.000.000 de hablantes extendidos por Oriente Medio y
un tercio de África.
AISLADAS
Se trata de las lenguas como el
ainú (que se habla en Japón), el vasco (norte de España y suroeste de Francia),
el sumerio, el etrusco (que actualmente no tienen hablantes), el tarasco
(México), el buruchasqui (Pakistán), el warao (en Venezuela), el zoqué
(México), el quereso (E.E.U.U.), queto (Rusia),
nahali (India), nivejí (Rusia), guiliaco (Rusia). Todas ellas no
pertenecen a ninguna familia reconocida.
ALTAICA
Se calcula que 148.973.000
personas hablan alguna de las lenguas de esta familia, que se extiende en islas
del océano Pacífico, el norte de Irán, Turquía, Afganistán, norte de China,
entre las principales regiones. El turco, japonés, coreano, manchú, mongol,
tártaro son las lenguas mayoritarias en número de hablantes que la integran.
AMERINDIA
Son las distintas lenguas de los
aborígenes que habitan a lo largo del continente americano. Entre las
principales lenguas se encuentran el quechua, mapuche, guaraní, aymará, nadene,
siu, maya, ecuatorial, andina, esquimal-aleutiana.
AUSTRALIANA
A ella pertenecen las lenguas
aborígenes propias del continente australiano. Aproximadamente se estiman
50.000 hablantes. Algunas de las que tienen mayor número de hablantes son
carduchara, malai, pitianlialiara, walpiri y mabuyago.
AUTROASIÁTICA
Sus 97.800.000 hablantes se
extienden en el sureste asiático y al este de la India. Entre las lenguas más
conocidas se encuentra el vietnamita y el jemer y las que tienen estatus
oficial.
AUTRONÉSICA
La componen más de 700 lenguas
que se distribuyen a lo largo de las islas del Pacífico. La mayoría de cada una
de ellas sólo es hablada por aproximadamente 1.000 personas. Sin embargo el
número total de hablantes de esta familia es 470.350.000. Las lenguas que la
componen son el malayo, javanés, balinés, samoano, maorí, pascuense, sundanés
(todas pertenecen a la familia malayo-polinesa) y el amí, paivano y atayal chon
(familia taiwanesa).
CAUCÁSICA
Se trata de las lenguas de la
región del Cáucaso, entre el mar Negro y el mar Caspio. Las lenguas más
habladas son el agul, avaro, abjaso, inguso, suano, laco y georgino. En total
cuenta con 8.100.000 hablantes nativos.
DRAVIDA
Son las lenguas que se extienden
en el sur de la India y al norte de Sri Lanka. Aproximadamente son habladas por
230.000.000 de personas, y las cinco con mayor número de hablantes son el
telugú, tamil, canarés, malabar y gondi.
INDOEUROPEA
Se trata de la familia de lenguas
más habladas en el mundo, ya que agrupa aproximadamente 3.454.555.000 hablantes
nativos. La familia indoeuropea se subdivide en las siguientes subfamilias,
las que a su vez agrupan las lenguas que se presentan de seguido:
Anatolias: hitita,
palaico, livita, lidio.
Bálticas:
lituano, letón.
Ilaria:
albanés.
Indoarias:
sánscrito, cachemir, maratí, hindi, urdú, penyabí, gujaralí, nepalí, concaní,
bengalí, singalés, romaní.
Iranias:
persa, curdo, osético.
Helénica:
griego.
Germánicas:
inglés, danés, alemán, afrikaans, yidish, gótica, sueco, noruego, islandés,
faroés, holandés, frisón, luxemburgués.
Itálicas:
osco, latín. Del latín derivan las lenguas romances que se detallan a
continuación:
Romances:
español, francés, italiano, sardo, catalán, gallego, aragonés, portugués,
occitano, corso, friulano, ladino, dálmata, rumano, mozárabe.
Eslavas:
polaco, ruso, checo, búlgaro, esloveno, serbocroata, macedonio, bielorruso,
ucraniano, eslovaco, entre otros.
Céltico:
irlandés, galés, bretón, gaélico escocés.
KOISANA
Esta familia africana cuenta con
366.000 hablantes distribuidos entre varias lenguas pertenecientes a dos
grupos, Joi y San. Congrega más de 100 lenguas entre las que están el nama con
241.000 hablantes, el sandavés, el cuengo y el shua con sólo 1.000 personas que
la tienen por lengua nativa.
NÍGER-CONGOLESA
La integran más de 1.000 lenguas
africanas, entre las que se encuentran el swahili, y las subfamilias kurdufana,
mande, valtaica, kru, kua, bantú (con más de 500 lenguas). Entre todos suman
más de 516.240.000 hablantes.
NILO-SAHARIANA
Está compuesta por más de 150
lenguas de África, la mayoría de las cuales no está del todo identificada.
Cuenta con 40.000.000 de hablantes, y entre las principales se encuentran el
nubio, tatoga, songai, canuri, luo, dinca.
PALEO-SIBERIANA
Se trata de las lenguas que se
hablan principalmente en Siberia como el chucoto, yucaguiro, queto, Nivejí,
entre los principales. El número de hablantes de esta familia es
aproximadamente 20.000.
PAPÚES DE NUEVA GUINEA
Conviven más de 800 lenguas en
las islas de Nueva Guinea, lo que suma un total de 1.800.000 hablantes. A esta
familia pertenecen el dani, enga, chimbu, camano, melpa, suquí y chambri. Estos
dos últimos se calcula que sólo tienen 1.000 hablantes cada uno.
SINO-TIBETANA
Está compuesta por más de 300
lenguas y más de 1.270.000.000 de personas hablan alguna variedad en el este y
sureste asiático. Incluye al chino, tibetano, birmano, entre las principales.
URÁLICA
Comprende 30 lenguas y
aproximadamente cuenta con 21.200.000 hablantes que se extienden a ambos lados
de los Montes Urales, en algunas regiones del norte de Europa y de Asia. A ella
pertenecen, entre otros, el húngaro, finés, estonio, mordovo, cheremis,
yucaguiro, samoyedo.
Diferentes
investigadores están tratando de demostrar la existencia de una superfamilia
que sería la nostrática, antepasado del indoeuropeo, de las lenguas dravídicas,
kartvelianas del sur del Cáucaso, de la familia urálica, la altaica y la
afroasiática. El nostrático tendría muchas palabras de plantas, pero ninguna de
variedades cultivadas o de tecnología de cultivo. Análogamente, habría tenido
vocablos para nombrar animales, pero no realizaría la distinción entre
domésticos y salvajes. A partir de estos datos concluyen provisionalmente los
investigadores que esta lengua se hablaba antes de la emergencia de la
agricultura y de la cría de ganado y que sus hablantes eran
cazadores-recolectores. Las palabras que designan viviendas podrían
corresponderse con los indicios
arqueológicos de que estos hablantes vivían en aldeas (Ross, 1991).
Tipología a partir de la estructuración interna
El segundo
sistema de clasificación propone que las lenguas se diferencien según el orden
de los constituyentes de la oración. Es más fácil conocer el origen de un
lenguaje a partir de su estructura sintáctica que a partir de su fonética o su
semántica. Los defensores de este ordenamiento sintáctico sostienen que, por
ejemplo, el inglés ha tomado prestado un enorme número de palabras de origen latino. Sin embargo, es su estructura
sintáctica la que demuestra que se trata de una lengua anglosajona.
Los
principales constituyentes de la oración son sujeto (S), verbo (V) y objeto (O). La sucesión de estos
elementos no es la misma en todas las lenguas: algunas colocan la acción en la
mitad de la frase, otras al final, algunas nombran al objeto desde el
principio. A continuación estableceremos una lista orientativa que sirve para
ejemplificar cómo se clasifica a los lenguajes de esta manera.
Orden
|
Lenguas
|
SVO
SOV
VSO
VOS
OSV
OVS
|
Inglés, chino, español, finés,
swahili, francés.
Hindi, turco, japonés, coreano.
Árabe, samoano, galés.
Malayo, tzotzil (lengua maya).
Kabardian (lengua al norte del
Cáucaso)
Hixkaryana (lenguaje de
aborígenes del Brasil)
|
Una objeción a
este método clasificatorio surge de la comprobación de que a lo largo del
tiempo las lenguas pueden variar su estructura. Hace 2.000 años, el orden de la
mayoría de las lenguas indoeuropeas era SOV, pero en la actualidad es SVO y ciertas
lenguas de la familia Níger-Congolesa parecen seguir el mismo camino. No
obstante, no se puede considerar que ésta sea la tendencia general, puesto que
otras lenguas como el chino mandarín estarían experimentando un cambio en la dirección
contraria, de SVO a SOV. Por consiguiente se puede concluir que
las lenguas están continuamente subiendo
y bajando como la marea, pero no evolucionando ni retrocediendo (Aitchison,
1993).
(*) Apartados
tomados del capítulo 7., Itinerarios del lenguaje, del libro Los orígenes del lenguaje por Aníbal
Puente Ferreras, Alianza Editorial, Madrid, 2006, págs. 262-277.
Aníbal Puente
Ferreras
Licenciado en Psicología, Master
en Análisis Experimental de la Conducta y Doctor en Psicología Cognitiva por
Tulane University (USA). Actualmente es Catedrático de Psicología Básica de la
Universidad Complutense de Madrid (UCM). Profesor en los doctorados: “Intervención
en Lenguaje”, UCM; “Doctorado en Psicología”, Universidad Católica Andrés Bello
(Caracas); “Doctorado en Educación”, Universidad Pedagógica Experimental
Libertador (Caracas); y “Filosofía en Ciencias de la Conducta y Sociedad”,
Pontificia Católica Universidad de Puerto Rico y UCM, Universidad de San
Agustín de Arequipa (Perú). Director del Curso “Especialista en Intervención
Educativa y Clínica en Lectura” en la Universidad Complutense de Madrid, desde
1990 hasta el 2011. Participa como profesor en diversos cursos de masters y especialistas
a nivel nacional e internacional.
Entre sus libros técnicos y
ensayos destacan: Psicología Cognoscitiva (McGraw-Hill), Psicología Básica
(Pirámide), Cognición y Aprendizaje (Pirámide), Cerebro Creador (Alianza
Bolsillo), Estilos de Aprendizaje y Enseñanza (CEPE), Comprensión de la Lectura
y Acción Docente (FGSR), El Viaje de las Letras y los Problemas de Lectura
(Biblioteca Nueva), Dislexia y Disgrafía (Fundación Verbum), Deficit de
atención e hiperactividad: Intervención educativa y clínica (Fundación
Verbum) Orígenes del lenguaje (Alianza
Bolsillo), Escala de Conciencia Lectora (TEST ESCOLA) (EOS) y recientemente
Psicología Contemporánea Básica y Aplicada (Pirámide). Autor de más de 60
artículos científicos publicados en revistas nacionales e internacionales en
las áreas siguientes: cognición, lectura y escritura, elaboración de
instrumentos de diagnóstico, dificultades de aprendizaje, problemas de lectura
en sordos y otras enfermedades. Ponente en congresos internacionales por
invitación desde 1983. Director de 15 tesis doctorales relacionadas con la
adquisición y desarrollo de la lectura, el entrenamiento de estrategias
metacognitivas, el déficit de atención e hiperactividad, el locus de control
cognitivo y emocional y el desarrollo moral. Director de trabajos de
investigación orientados a la obtención del Diploma de Estudios Avanzados (DEA)
como requisito previo a la realización de la tesis doctoral. Investigador
principal de proyectos nacionales e internacionales.
Reseña biográfica tomada de http://elviajedesilvia.com/quienes-somos/
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